martes, 25 de septiembre de 2018

TALLER DE RECUPERACIÓN PARA TERCERO DE BACHILLERATO


Taller de lectoescritura                                      



Estrategia de lectura


  • Desarrolle las estrategias de prelectura (revise) y lectura global (resalte y escriba notas al margen) con el siguiente artículo.



LA VIOLENCIA EN EL ESPECTÁCULO DEL FÚTBOL, UNA REALIDAD EN EL NUEVO CONTEXTO COLOMBIANO
JESÚS EDUARDO VÉLEZ MEJÍA.
Licenciado Educación Física. U de A. Colombia.
Especialista Admón. Deportiva y Mercadeo del deporte. U de A. Colombia.
Estudios de Ocio. U. de Deusto. Bilbao. España.
Actualmente:
Docente Universitario pregrado y postgrado U. de A. Colombia.
Estudiante Quinto Semestre de Derecho y Ciencias políticas U. de A.
Comisión de expertos “Legislación deportiva”, Coldeportes Nacional. COLOMBIA.

INTRODUCCIÓN

El miércoles 11 de mayo de 2005, Colombia conoce otra desagradable historia de fútbol y violencia. Una horrible noticia conmovió nuevamente al país. Un aficionado al fútbol es asesinado, y otro brutalmente agredido por sus propios compañeros de barra, en una de las tribunas del estadio Nemesio Camacho “El Campín”, de la ciudad de Bogotá, en un clásico futbolero entre los equipos Santa Fe de la capital de la república y el club América de la Ciudad de Cali. En medio del estupor que la noticia causó, el país empezó a preguntarse, como me pregunto yo, ¿qué es lo que pasa al interior del fútbol espectáculo en Colombia, que día a día, son más los desórdenes y muertos?, ¿qué es esta nueva forma de violencia en Colombia, que crece sin medida alrededor del fútbol espectáculo?, ¿son acaso violentos los espectadores que van a fútbol en Colombia?
Para empezar y al respecto del aficionado muerto en esos lamentables hechos, y de las imágenes vistas en todo el mundo, un periodista comentó, "El país esta de luto", otro dijo,
"esto del fútbol se nos salió de las manos", el director nacional de policía, dijo "reconozco que cometimos errores", la mamá del muchacho dijo "él salió muy contento a estrenar un
“trapo” nuevo con la barra", un senador de la república dijo "declaremos terminado el  torneo por este año", el hermano del muchacho dijo "el que lo mató fue un hincha del América", el arbitro del partido, de apellido Panesso, dijo "sigamos el partido; acá no pasó nada", la Dimayor o División Mayor del Fútbol Colombiano, dijo "la plaza queda suspendida seis fechas", los jugadores dijeron, "esto perjudica nuestro nivel futbolístico”, la gente del común dijo "por eso no volvimos al estadio", el Alcalde dijo, "se reforzarán las medidas de seguridad".
Al otro día, todos los diarios del país publicaron y lamentaron la tragedia. Nuevamente recordaron las mil y una veces, que Colombia se viene estremeciendo gracias a la violencia en los estadios, la misma que ha enlutado la historia del fútbol nacional en repetidas ocasiones. Esta vez la gente no habló en Colombia del fútbol y sus gloriosas gestas en las copas y torneos nacionales o internacionales. Esta vez se habló de fútbol, pero para recordar los muertos en la nueva forma de violencia en Colombia. Una nueva historia en el mundo el deporte. Una historia para este X Congreso Mundial de Historia del Deporte, donde se hace necesario dejar constancia de lo que hoy pasa en Colombia con lo que tanto nos apasiona...el fútbol. Hoy además de contrataciones de futbolistas, publicidad y espectáculo, la historia del Fútbol en Colombia se mueve entre violencia y dudas por actos de corrupción y narcotráfico, en la cual lamentablemente es necesario recordar la muerte del futbolista Andrés Escobar a manos de los apostadores, luego del mundial de fútbol en EEUU. Además de la historia de los enfurecidos o desprevenidos hinchas que han fallecido amando su "equipo del alma". Hinchas y árbitros como Ortega, muertos y agredidos en estadios de Barranquilla, Cali, Medellín, Bogotá, Bucaramanga, Manizales, entre otras ciudades. Colombianos que se matan unos a otros, y que son capaces de dar la vida por un simple "trapo". Como Edison Andrés Garzón, ese muchacho de tan sólo 20 años, la última victima en Colombia por la violencia al interior del fútbol espectáculo.
LA VIOLENCIA EN COLOMBIA, REALIDAD INOBJETABLE
Hablar de la violencia en Colombia, es un tema extenso y complejo. La Agencia Universitaria de Periodismo Científico, con sede en Colombia, estudia las causas de la misma. Ella afirma, lamentablemente, que los colombianos son los responsables del 30% de las muertes violentas en América Latina. Homicidios, secuestros, asesinatos políticos, lesiones fatales por diferentes causas, accidentes de tránsito, violencia intrafamiliar, desapariciones forzadas, violencia contra la mujer y los niños, son algunas de las formas con las que a diario se presenta la violencia en nuestro país, y ahora, para terminar de completar la nueva y nefasta historia de violencia en el Fútbol y el deporte espectáculo. ¿Que fue entonces lo que le pasó a Colombia, y a la violencia con ella? Colombia, y sin que haya necesidad de repetir, es un hermoso país de regiones, localizado en la parte norte de Suramérica, donde el azul de sus mares se confunde con el verde de sus montañas, de sus esmeraldas y de los ojos de sus hermosas mujeres.
La violencia del fútbol espectáculo en Colombia, fue aprendida a través de los nuevos sistemas de comunicaciones que inundan a Colombia, menoscaba la cultura juvenil colombiana y crea una nueva manera de aumentar el dolor. Dolor que nos causan entre otros, las muchas formas de violencia que hoy inundan el país, como lo son: la guerrilla, el paramilitarismo, el narcotráfico, la delincuencia organizada, el desempleo, la miseria y el hambre. Colombia con 44 millones de habitantes, intenta sobrellevar el sueño de la post- modernidad que lo habitan en sus 1.138.910 Km2 de extensión, personas buenas trabajadoras y honestas. Un país como Colombia, rico en innumerables productos agrícolas, minerales y culturales. Un país donde el deporte se ha entendido en su Constitución política desde el año 2000 como “gasto público social”, el cual necesariamente demanda del Estado el compromiso de responder como un Estado social de derecho a la necesidad de dar respuesta a sus ciudadanos.
Colombia independiente de su violencia, y de la mala prensa que se pueda conocer o escuchar, tiene entre sus más destacados ciudadanos, al premio Nobel de literatura, Gabriel
García Márquez; escultores, como Fernando Botero; científicos, como Manuel Elkin Patarroyo; grandes futbolistas en la Liga de Fútbol de España, como Amaranto Perea, en la liga de Italia, como Iván Ramiro Córdoba, y en la liga Inglesa a Juan Pablo Ángel. Cómo olvidar a los ciclistas de todos los tiempos: “Lucho” Herrera, Fabio Parra y en la actualidad Santiago Botero; los beisbolistas Edgar Rentería y Orlando cabrera en las grandes ligas
Americanas; la patinadora “Chechi” Baena y las tenistas Fabiola Zuluaga y Catalina Castaño, el automovilista Juan Pablo Montoya, además de cantantes como Shakira, Juanes, y Carlos Vives, pero además honestos campesinos que cultivan el más rico café del mundo, las flores mas lindas del planeta y las frutas más dulces del universo.
Pero en medio de ese maravilloso historial deportivo, asistimos también aterrados a lo que se nos volvió el nuevo espectáculo del fútbol, que al igual de las muchas alegrías que nos ha deparado como lo ha sido el asistir tres mundiales en línea, un 5 a 0 contra Argentina, hace 10 años por una eliminatoria, ser campeones de la copa América hace tres años; ganadores de dos Copa Libertadores, participar en innumerables torneos juveniles organizados por la FIFA, tener jugadores en todas las copas europeas, en el fútbol árabe, turco, argentino, brasilero, centro y norteamericano. Tener varios técnicos, dirigiendo equipos de liga y equipos nacionales, como el de Costa Rica, Ecuador y Panamá.
LAS CARAS DE LA VIOLENCIA Y LA NUEVA FORMA DE VER EL FÚTBOL.
El fútbol se puede considerar como uno de los fenómenos sociales más importantes del siglo XX, y el más importante para este siglo XXI. Su capacidad de despertar sentimientos, pasiones, alegrías, tristezas, guerras, y fiesta, no conoce fronteras. Históricamente se puede considerar que el fútbol se ha jugado alrededor de un balón y 22 jugadores detrás de él, en un terreno llamado cancha, delimitado por medidas y controlado por un juez. Sin embargo,  es necesario decir también, que no solamente el juego se presenta en la cancha; si bien en este espacio se da el juego o deporte del fútbol como tal, un aspecto fundamental para este, es la tribuna. Espacio o lugar donde se sitúa gente a ver fútbol, a respirar fútbol, a sentir fútbol, todo en medio de una mezcla entre pasión y razón. Es decir, otro lugar dentro del estadio donde también se juega fútbol.
Es necesario hablar entonces de la tribuna como otro terreno de juego, lugar donde lo que se juegan son otra gran cantidad de simbologías y aspectos de interacción social, propios del análisis de las ciencias sociales. A través de la historia del siglo XX, se puede observar cómo el fútbol se constituyó en un fenómeno que gradualmente con el tiempo fue atrayendo incalculables masas. Se vio también cómo fue despertando todo tipo de pasiones y moviendo todo tipo de intereses, que unidos al nuevo mundo globalizado, permitieron impulsar a nivel mundial y en especial en algunos lugares del planeta, una forma de expresión, por demás violenta, la cual fue denominada “Hooligans”. Los mismos que invadieron como plaga todos los estadios Europeos en medio de los campeonatos oficiales, sembrando terror y violencia al interior del fútbol espectáculo, dentro y fuera de los estadios, quienes mostraron al mundo la cara "negativa" de la tribuna, aforando el nombre de “barras bravas”. Este fenómeno comenzó a promoverse alrededor del mundo de forma acelerada, haciendo que en los diferentes países futbolísticamente "grandes" las barras bravas comenzaran a surgir, y luego por imitación de estos modelos, en otros países como el nuestro.
La tendencia de barras bravas nace en Colombia en los años 90 cuando nace la rivalidad entre hinchas de Medellín, Cali y Bogotá. Al igual que en los estadios del mundo, en Colombia las tribunas se llenaron de alegría, porque nuestras gentes aprendieron a ver el colorido de las tribunas de los otros equipos europeos o argentinos, unas veces porque la hinchada acompañó a sus equipos a dichos lugares, otras veces por lo que se veía por televisión, en el también globalizado mundo de las comunicaciones. En Colombia se pasa de una manera pasiva de ver el fútbol, a una forma activa y diferente, ya que estos jóvenes durante todo el partido se dedican a saltar y a cantar a ritmo de tambores, palmas y señales, empleando gestos con las manos y cuerpo en general. Muchachos y muchachas de todos los estratos sociales y económicos de la ciudad, unidos solo por una insignia, un color, una pasión, una razón y un sentimiento, para ver y disfrutar los encuentros futboleros. En Colombia, las ciudades empiezan a llenarse de grafitis y simbología entre barras, la cultura de la camiseta o insignia de la escuadra futbolera preferida o de la región, adquieren estatus. Las banderas inundan los escenarios deportivos y se da un relevo generacional al interior del estadio. El hincha de cojín y familia con niños en brazos, desaparece de las tribunas en los estadios Colombianos, dando paso al nuevo hincha del fútbol, o sea el joven de arete, piercing, tatuaje, torso desnudo, esbeltez y colorido. El estadio se inunda de alegría, droga, alcohol, impunidad, saltos y gritos. El poder se convierte en lo esencial, y el respaldo al equipo se torna en lo más importante para la vida de muchos jóvenes que no teniendo nada importante en sus vidas, convierten a su equipo de fútbol, en su más preciado tesoro. Es decir, se fue creando una nueva identidad nacional, una cultura del fútbol espectáculo. La simbología cambió, y el imaginario individual y colectivo de los nuevos hinchas del fútbol plagó todos los rincones del territorio nacional. La rivalidad entre las escuadras futboleras no se hizo esperar y la violencia al interior de los estadios se empezó a volver situación cotidiana.
Existen varios mundos cuando un balón de fútbol, se hecha a correr en cualquier estadio del planeta. Son muchos los intereses que se "patean" en un encuentro de 90 minutos. El fútbol se vive adentro y fuera de los estadios. Las “barras bravas” podrían considerarse como un superlativo de las barras; sin embargo, su desarrollo y dinámica dentro del fútbol y la tribuna como tal, difiere enormemente del buen espectáculo. Las barras están altamente ligadas a procesos económicos y políticos de los países y de sus equipos. No obstante, en el caso colombiano, se les rotuló como “barras bravas” dado su estilo particular de apoyar a los equipos. Una cosa es la razón y otra la pasión, y en el fútbol, además de once contra once, se enfrentan igualmente imaginarios individuales y colectivos que producen en los hinchas y en la masas transformaciones inesperadas. Colombia no es la excepción. En el fútbol, todo además de razón es pasión. Es pasión: el hincha, la jugada, la narración, el gol, la carrera futbolística de los jugadores como actores principales, la familia, los costos del espectáculo, la publicidad, la fuerza pública, las barras en la tribuna, la celebración del gol, la euforia, el alcohol, la droga, las banderas, las camisetas, la gorra, el tambor, los costos de los jugadores y los costos de las transmisiones de los partidos por televisión, entre otros factores.
Para el caso Colombiano, algunas características que están identificando el nuevo tipo de fútbol espectáculo se pueden resumir así: aficionados que encuentran en el estadio el lugar natural de la brutalidad, el maltrato y el irrespeto; el periodista y el comentarista deportivo con su pasión e intereses económicos; las expresiones verbales de barras, técnicos, directivos y aficionados; la simbología y logística utilizada en el espectáculo por jugadores y aficionados; el apasionado hincha promotor de modelos foráneos, la valoración exagerada y descalificadora de los hechos por unos y otros; y finalmente, lo más lamentable, el reflejo de la sociedad violenta, excluyente y limitadora que envuelve a Colombia, que fruto de sus múltiples desigualdades, ha socavado finalmente el sentimiento del hincha, generándole resentimientos sociales y culturales, que son infortunadamente trasladados al fútbol.
EL JUGADOR NÚMERO DOCE: LA OTRA RAZÓN...
El fenómeno de la nueva violencia al interior del fútbol espectáculo debe involucrar más actores en su favor. Las políticas públicas, más que coercitivas y preventivas, que son muy importantes, deberían ser siempre permanentes, lúdicas y educativas, promoviendo la “cultura del espectáculo” como medio de crecimiento social, fortalecimiento de valores y principios culturales y cívicos. Ser hincha de fútbol, pertenecer a una barra, vestir la camiseta de una divisa futbolera, no son sinónimos de violencia, inseguridad y pobreza. Ser amante al fútbol, no es ser delincuente. Los hinchas son otro jugador más pero fuera de la cancha. En Colombia no existe un verdadero programa de cultura futbolera. Los hinchas y las autoridades se aferran a esquemas rutinarios en cada partido. No existe por parte del Estado, llámese Secretarías de Educación, Institutos Nacionales, Departamentales y Municipales de deporte, Cajas de Compensación Familiar, universidades, u otros entes de apoyo civil, un verdadero programa a favor de la problemática de violencia que se desprende de un espectáculo masivo, en este caso, el fútbol.
Las “barras bravas” son una perversión del fútbol. Unir esfuerzos excusados en el deporte para promover el delito, el daño y el temor, son una atrocidad. Las barras bravas dirigen en contravía el principio fundamental de promoción y alegría que dinamiza el deporte. El fútbol Colombiano, no se merece violencia en su interior. El deporte no puede ser el reflejo del mayor o menor grado de criminalidad en un país. Las barras transforman el fútbol desde el concepto de masa, espectáculo, publicidad y deporte social comunitario. El hincha de fútbol tiene que respetar y hacer respetar su espacio y el espacio de los demás en el estadio.
La globalización en el fútbol, ha permitido que de Colombia se exporten jugadores, técnicos y técnicas de fútbol, pero es innegable que en todo ese intercambio económico que se da se involucra igualmente el intercambio cultural que el fútbol representa. Muchos niños en Colombia sostienen relaciones con aficionados Argentinos por Internet. Ellos, unos y otros, se cuentan experiencias, se enseñan cánticos, se valoran, se respetan, se quieren. Sin embargo, los factores socioeconómicos, la violencia y la globalización, tampoco son en su totalidad, toda la explicación a este nuevo fenómeno nacional. Existen factores de orden sicológico, sociológico, histórico y demográficos, ligados al estilo y forma de vida familiar. El mismo círculo social familiar al cual pertenece el joven en Colombia, está muy afectado por la crisis aguda que padece nuestra sociedad.
Los medios de comunicación, podríamos pensar, van configurando y estructurando, en el caso del fútbol, una visión de fanatismo e idolatría suprema donde el oyente o lector se ve condicionado cada vez más a defender o a atacar determinado equipo. A través de los medios de comunicación y sus constantes polémicas, la mayoría de comentaristas y narradores deportivos enardecen las pasiones, levantando o bajando los ánimos para aquellos a quienes el fútbol ha llegado a representar, por la vía de una sutil manipulación, su vida. El fútbol se va adueñando cada vez más de la mente de los individuos, quienes en su cotidianidad piensan sienten y hablan solo de él. El fenómeno de las barras bravas es más que una masa de muchachos enardecidos.
FENÓMENO DE TIEMPO ATRÁS EN BUSCA DE UNA NUEVA ACTITUD.
La violencia en el fútbol no da más tregua; desde 1989 nos estábamos anticipando con nuestras intervenciones de tipo pedagógico a lo que sucedería. Para ese entonces entendíamos que la solución a dicho asunto podía estar por el lado educativo y cultural.
Nunca pensamos en la represión, ni mucho menos en la igual respuesta violenta. Nunca se valoró la importancia de estrechar relaciones de amistad entre todos los actores que intervienen el Fútbol. Siempre se ha trabajado por separado. Incluso, estamentos importantes en la sociedad, como los padres de familia, poco han intervenido a favor de la solución a un problema que perfectamente se puede solucionar desde el propio hogar. Lógicamente, articulado a otros estamentos como escuelas, medios de comunicación y autoridades, que propiciaría la difusión de conceptos sobre la base del respeto personal y del otro en el espectáculo de fútbol. ¿Es normal la agresividad en los jóvenes que acuden al fútbol? Yo diría que no, pero que es explicable porque todo ese tipo de expresión está intrínsecamente relacionado con los aspectos sociales y culturales que se viven, en este caso, en Colombia. La de hoy es una conducta típica de los adolescentes. Es previsible. Pero no es única de los colombianos sino de la cultura mundial. Es una conducta que carece de normas y que de alguna manera nos tiene preocupados porque incide en la vida y de quienes asisten y no asisten al espectáculo.
Los latinoamericanos no nacimos como una sociedad fuente de nuestros propios valores sino como una sociedad reflejo, la cual tiende permanentemente a imitar. Imitamos, primero, la cultura española, luego, la inglesa, la francesa, y hoy, la estadounidense. Los nuevos paradigmas se han adoptado sin pasar por un tamiz de lo propio y de lo nuestro que nos permita desarrollar identidad. Fácilmente adoptamos ciertas formas de comportamiento para llenar un vacío de identidad. La actividad que desarrollamos es el reflejo de la sociedad en la que vivimos y a la que no escapamos, máxime si estamos influidos por los distintos medios de comunicación mundial. La violencia del fútbol mundial, en especial la inglesa y la argentina -sin pretender molestar a alguien- ha calado en un sector minoritario de la hinchada nacional.
En Colombia, la lista de muertos, y heridos por la violencia en el fútbol, aumenta año tras año. Hinchas apuñaleados dentro y fuera de los estadios; policía y fuerza pública agredidas igualmente en bien de la seguridad del espectáculo futbolero; vandalismo, destrucción de mallas, rejas, paredes, carros y muros, insultos a árbitros y personas indefensas, sedes de equipos atacadas, amenazas, dirigentes asesinados, extraditados y encarcelados por dineros mal habidos, atropello, miedo y dolor. En resumen, triunfo y gloria para algunos, muerte y derrota para otros.
Es necesario coincidir en una pedagogía del espectáculo, una cultura de la felicidad y una nueva actitud lúdica alrededor del fútbol, creando una cátedra de convivencia ciudadana, que incluya la cultura barrista y el respeto por el otro. Se debe aplicar una medicina preventiva, aunque, para otros, sea esencial la represión. En principio, promover una cultura del respeto y la tolerancia. El conflicto generado por las barras, al estar ligado al resto de la sociedad, merece un tratamiento en todos los frentes: en la educación, en la generación de empleo, en la asesoría familiar, en el acompañamiento social. Las autoridades, en el caso de las grandes ciudades como Medellín, Cali o Bogotá, con la colaboración de los equipos de fútbol, y otros organismos sociales, cívicos y gubernamentales, deben apoyar los comités de seguridad, que son organismos independientes integrados por las entidades comprometidas en el espectáculo del fútbol.
En Colombia las leyes no permiten judicializar a los menores de las barras de fútbol.
Bienestar Familiar dice que falta compromiso de los padres. La judicialización del menor es uno de los temas más complicados en la legislación colombiana. Así el país haga parte de los convenios internacionales sobre este asunto, todavía no hay una normatividad clara y eficiente que ataque los problemas de delincuencia juvenil.
GLOBALIZAR LO BUENO, APRENDER DE LO MALO PARA NO REPETIRLO.
El fenómeno de las barras bravas que como ya dijimos apareció con los "hooligans" condujo a las autoridades inglesas a implementar un plan que, a finales de los años 90, arrojó los primeros resultados positivos con la rebaja de los actos violentos y delictivos de los seguidores del fútbol en ese país. La sanciones impuestas a los revoltosos y a los clubes, los controles en aeropuertos, estaciones y fronteras, unido al pago de los daños a los hinchas, contribuyó a mejorar la violencia que por Europa, ya corría gracias al fútbol. Los adolescentes tienen sistemas de responsabilidad distintos a los de los adultos, porque los ingredientes formativos y retributivos están por encima del concepto de privación de la libertad. En Colombia carecemos de programas y de personal experto en pedagogía educativa y campañas de prevención de la delincuencia juvenil.
Para erradicar el ya posicionado fenómeno de barras bravas en el país y con la masiva participación de menores de edad en ellas, Colombia debe entre otras acciones, resolver los vacíos que tiene en su Ordenamiento Jurídico, e implementar un plan en el que participen todos los estamentos del Estado, porque con cinco juzgados por ciudad y con la ausencia de abogados en los procesos, jamás se podrá detener la delincuencia juvenil que avanza a pasos agigantados. La historia de los rasgos sociales y culturales del colombiano de hoy, son la sumatoria de dichos rasgos a través de esa propia historia. Historia que unas veces nos favorece y otra no. El cuerpo general que integra la sociedad y el contexto que nos rodean son el fruto de nuestras acciones. El hincha que se mata en el partido de fútbol, es el hincha a quien le enseñamos a matarse en las películas, en las transmisiones de televisión en las súper copas de los torneos europeos y argentinos, los cuales y fruto a las comunicaciones se nos volvieron el pan de cada día. Todo ello unido a la manera como el comentarista deportivo muchas veces destaca como novedoso el estruendoso y bochornoso espectáculo de los hinchas holandeses e ingleses dándose golpes en las calles de Milán en los años 90, del bien cercano siglo XX.
Lo que vive Colombia hoy, es la relación dinámica de una suma infinita de situaciones complejas propias y ajenas que han tejido una historia llena de violencia a cambio de la desigualdad que por años ha llenado de falta de valoración la identidad nacional, reconocida altamente por otros. La falta de justicia social, unida a la compleja situación de violencia y la influencia negativa del espectáculo de la violencia en el Fútbol, han hecho de este espectáculo otro motivo de preocupación para las autoridades civiles y militares.
Esta ponencia no ha pretendido lamentar nuestras dificultades, esta ponencia pretendió decirle al mundo que además de las muchas dificultades de orden social, económico y político por las que atraviesa Colombia, en este país la historia deportiva del fútbol, se esta empañando de sangre y violencia al interior del espectáculo. Pensamos que es necesario un alto en el endemoniado comercio del fútbol como espectáculo, y queremos que se entienda la importancia de reivindicar el fútbol como fenómeno de integración, encuentro y reconocimiento. Colombia y sus gentes demandan de mucha felicidad, al fin y al cabo, la vida es una, y no tenemos derecho a pasarla rodeados de tanta violencia, mucho menos en el fútbol, que es lo poco que nos puede quedar en paz.


  • Señale en la lectura, un apartado narrativo, uno descriptivo, uno explicativo y uno argumentativo.

Parafrasear es reescribir una idea, párrafo o texto con palabras propias, diferentes a las utilizadas en el texto original, sin cambiar la idea del autor; es volver a decir lo mismo en un lenguaje original.


  • Parafrasee las siguientes ideas.

“La violencia del fútbol espectáculo en Colombia, fue aprendida a través de los nuevos sistemas de comunicaciones que inundan a Colombia, menoscaba la cultura juvenil colombiana y crea una nueva manera de aumentar el dolor.”










“Una cosa es la razón y otra la pasión, y en el fútbol, además de once contra once, se enfrentan igualmente imaginarios individuales y colectivos que producen en los hinchas y en la masas transformaciones inesperadas.”








 “Los latinoamericanos no nacimos como una sociedad fuente de nuestros propios valores sino como una sociedad reflejo, la cual tiende permanentemente a imitar.”










Refrán
Paráfrasis

A la gallina  no le pesan sus plumas





Abriga bien el pellejo y llegarás a viejo







En el país de los ciegos un tuerto es rey







  • Complete la siguiente ficha de lectura.

Las palabras clave son indicadores que ayudan a construir el tema y a ubicar o dar contexto a la lectura. Las citas textuales coincidirán en su mayoría con el subrayado que se hiciera en el texto; verifique que lo copiado tenga pleno sentido. Asimismo, el comentario debe relacionarse en su mayor parte con las glosas realizadas a la lectura. De esta manera, se prepara una lectura de un texto para su utilización en otras labores académicas.


Ficha de lectura n.o 2
Datos bibliográficos o cibergráficos: Apellido, Nombre. (Año) Título. Ciudad, Editorial,  número de páginas. Página electrónica, dirección electrónica, enlace, fecha de consulta, etc.



Palabras clave:



Tema:


Citas textuales de importancia: “xxxxxxx” (página X).









Punto de vista del autor (tesis):





Comentario: importancia, relación, aspectos positivos y negativos.













Taller de recuperación para Décimo de básica


A poner a prueba lo aprendido

Texto 1: Escribir bien es sexy

Por: Jean freddy Gutiérrez Torres |

Ahí en las redes sociales hay que gente que ay, es un terror de la ortografía. Quienes escribirían la frase anterior mezclando los hay, ay y ahí de una forma apocalíptica. Todos nos equivocamos, pero ya basta del ¡ay, tú me entendiste!, que ni así lo escriben.

Así dice una etiqueta en Twitter, #escribirbienessexy, una manera positiva de incentivar el cuidado del lenguaje, correctamente escrito, dentro de la brevedad de los mensajes y en general, como método para difundir y promocionar una mejor comunicación, que sea efectiva desde todo punto de vista. Para algunos parece una necedad estética, hay quien apunta que a nuevos medios nuevos lenguajes, y hay quienes señalan extremos como los de adolescentes que deforman el lenguaje a propósito con la intención de integrarse.

Ahora que escribimos más que nunca, por los mensajes de textos, los chats, las redes sociales, el Blackberry Messenger, el Whatsapp, los correos electrónicos y hasta las planillas para solicitar casi todos los trámites gubernamentales. Hay quien dice que leemos menos, pero hemos pasado a hacerlo más, pero en distintos formatos: páginas webs, tablets, portátiles, más requisitos y solicitudes bancarias, oficiales y laborales, manuales en PDF, más correos electrónicos, mensajes de texto, cadenas por mensajería instantánea y claro, redes sociales. Especialmente porque 90% de los usuarios de éstas, sólo producen 10% de los contenidos. Básicamente leen.

Sin embargo, los memes (una imagen o video que se hace viral por Internet) como el del “Ay, sí, ay, sí” nos mostró no solamente que la gente desconoce cuándo se acentúa el sí afirmativo, y cuándo no va por ser condicional. “Si hoy llueve, no saldremos, si hay sol sí”. Por ejemplo. Y el asunto de los signos de puntuación y acentos también se lleva su carga.

En tono de humor una vez coloqué en Twitter que no era lo mismo una “Experta en inglés que una experta en ingles”. Y es que tampoco es igual un tómate que un tomate.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
Hay, ay y ahí se confunden notablemente. Hay, del verbo haber; Ay, como interjección, y ahí, como preposición de lugar, se mezclan y cambian como sinónimos, produciendo una corrupción del lenguaje que para muchas usuarias de las redes sociales simplemente no es sexy. No es sólo tener uñas y zapatos limpios, estar bien acicalado, ser educado y cortés, también en estos tiempos de tanta interacción virtual, la ortografía es esencial para ser atractivo y bien visto.

Pero no es nuevo. Aquellas epístolas de amor de hace siglos seguramente fueron más románticas y lograron mayores horizontalidades si tenían todos los acentos y letras bien puestas. El humor también ha puesto lo suyo, porque ahora se dice exesposo y expresidente, y ya no con el prefijo ex separado por espacio y guión. Y quienes lo escriben sienten un gusto especial al poder darle un solo sustantivo a sus apreciados anteriores compañeros de historia.

Esto ha hecho que en Twitter se hayan popularizado cuentas como @LaOrtografa y @Jacogori que se dedican a revelar nuevas normas de ortografía, usos de neologismos como tuitear o tuitero, que no debemos decir “tuirer” porque esa pronunciación artificial y mediática corresponde más al acento y usos del inglés británico y no de los Estados Unidos, y a decirnos como tener más atractivo con una ortografía bien cuidada.

Y si se fijan bien, caballeros, la cosa es que las mujeres sí se toman muy en serio eso. Es común la chica que comenta que cierto pretendiente perdió sus puntos con un mensaje de texto que exhibía una carretilla de errores. Los horrores ortográficos son los matapasiones de los nuevos tiempos.

Una diferencia está entre los tú y tu, él y el. Con acento se refieren a pronombres personales. Tú y él van a mejorar su ortografía, por ejemplo. Pero “tu” y “el” cuando se usan como para indicar posesión y artículo, respectivamente, van solitariamente diacríticos, es decir, sin acento.

En Facebook hay un perfil llamado Escribir bien, si tú eres de los que prefieren aquella red social, donde escribimos bastante también, y dolorosamente, leemos cosas que parecen avizorar que Los Mayas (y no Mallas, como unas medias) parece que tienen razón.

Y desde la web está ManuelDeEstilo.com para profesionales y público en general que quiera aprender un poco más del idioma, aplicado a los nuevos medios. Incluso maneja neologismos y artículos sobre los trolls (personajes malignos que persiguen fallas y detalles personales para burlarse y molestan sucesivamente), así como los excesos, en el artículo “La coma criminal”.

Como una revelación de tu personalidad, escribir con errores ortográficos o gramaticales (un orden extraño al decir cosas como la casa mía en lugar de mi casa), no sólo te descalifica personal y profesionalmente, sino te podría dejar #foreveralone (meme de Twitter), esto es, sin pareja porque le lloran los ojos cada vez que le escribes un mensajito de texto. Pero además, explicaría porqué no te llaman al leer tu currículo (donde los errores abundan, hasta para ser periodista) y cuidas uno de las características esenciales de la identidad: el idioma. Y el español es cada vez más sexy fuera de nuestras fronteras. Escribe bien y todos ganamos.

Bibliografía

Gutiérrez, J. F (2012, Febrero 05). Escribir bien es sexy. Eva’s: suplemento dominical. P. 5.

Responde las preguntas del 1-15

1.      Por la estructura del texto anterior podemos decir  que es:
A.      Narrativo
B.       Expositivo
C.      Descriptivo
D.      Argumentativo

2.     Según la tipología textual, el texto anterior es:
3.     Un apólogo
4.     Un artículo de opinión
5.     Una noticia
6.     Un ensayo


7.     En el texto anterior predomina un lenguaje
A.    Técnico
B.     Coloquial
C.     Cotidiano
D.    Poético

8.     Según el texto las palabras “Ay, hay, ahí” son tomadas como sinónimos porque:
A.    Significan lo mismo pero se escriben diferente.
B.     Suenan igual y por ende significan lo mismo.
C.     Los usuarios desconocen su significado y uso.
D.    Son homófonas.



9.     El término “acicalado”, según el contexto significa que:
A.    Maquillado
B.     Relamido
C.     Emperifollado
D.    Organizado



10.   El escritor emplea la frase: “escribir con errores ortográficos o gramaticales (…), no sólo te descalifica personal y profesionalmente, sino te podría dejar #foreveralone”, para:
A.    Demostrar que el idioma es parte esencial de la identidad, de ahí la importancia de su correcto uso.
B.     Afirmar que sólo los que escriben bien tienen pareja
C.     Sugerir que la ortografía y la gramática son únicos medios para alcanzar el éxito.
D.    Introducir una explicación sobre el término “foreveralone”.


11.    En el párrafo 7  la palabra “epístolas”  puede ser sustituida por:
A.    Tweets
B.     Canciones
C.     Cartas
D.    Poemas

12.   “Tú” y “El” son, respectivamente:
A.    Pronombre posesivo – artículo indefinido
B.     Articulo posesivo – artículo personal
C.     Pronombre personal- articulo definido
D.    Pronombre personal- pronombre posesivo
                           
13.   En la expresión: “La coma criminal”. Se presenta una figura literaria llamada:
A.    Símil,
B.     Prosopografía.
C.     Metáfora
D.    Personificación

14.   En el texto se brindan nombres de páginas y perfiles de Twitter con el fin de:
A.    Explicar el uso de las páginas de internet
B.     Argumentar porque se escribe mal y sus repercusiones.
C.     Brindar insumos para mejorar la escritura
D.    Hacer publica la vida de los creadores de estas páginas

15.    Según el texto, las palabras que tienen acento pero no se les marca se llaman:
A.    Críticas
B.     Diacríticas
C.     Enclíticas
D.    Prosódicas

16.   Las palabras “Facebook, Twitter, memes” son:
A.    Anglicismos
B.     Neologismos
C.     Arcaísmos
D.    Tecnicismos

17.   El texto anterior está escrito en:
A.    Primera persona del singular
B.     Primera persona del plural
C.     Tercera persona del singular
D.    Tercera persona del plural

18.   El propósito del autor con el texto es:
A.    Denunciar a aquellas personas que atropellan el idioma
B.     Argumentar porque la escritura es importante para los seres humanos
C.     Demostrar que la ortografía es la clave para triunfar en la vida
D.    Persuadir a los lectores para que hagan un buen uso del idioma.

19.   Según el contenido del texto, el título del texto puede ser reemplazado por:
A.    Los encantos de la escritura
B.     La pluma digital
C.     Clic lingüístico
D.    Disertaciones sobre el amor

Texto 2: (“¿,;:.¡- –´/*!~•’_¨?…”)
Por: Héctor Abad Faciolince
Yo no sé si los signos de puntuación son concretos como un ladrillo o abstractos como un olvido. Están ahí, tienen forma en la página escrita, pero al hablar no los ponemos sino que los oímos. En el habla, los signos de puntuación son solo música. Entre “tienes sed” y “¿tienes sed?”, las mismas dos palabras en compañía de distintos signos, lo que nos indica si afirmamos o preguntamos algo, es el tono en que lo decimos, que además no es igual en España o en Colombia, en Cartagena o en Medellín. Lo último que aprendemos en otro idioma es a dominar la música del insulto, de la ironía, de la afirmación o la pregunta.
Hay quienes intentan hablar poniendo signos ortográficos. Algunos, por ejemplo, le ponen comillas a lo que dicen moviendo dos deditos de ambas manos, pero el gesto resulta bastante afectado. También es posible preguntar con el cuerpo (abriendo hacia afuera las palmas de las manos y subiendo las cejas), pero el lenguaje gestual es otra cosa y dudo que esas palmas abiertas sean signos de interrogación.
Así como uno, cuando juega ajedrez todo un día, empieza a ver la realidad como una partida y a las personas como enroques y alfiles, cuando uno se pasa mucho tiempo leyendo o escribiendo empieza a alucinar con los signos de puntuación, a verlos en todas partes, e incluso a soñar con ellos. Para hacer un poema, dijo una vez Wislawa Szymborska, “basta que por razones fútiles o importantes / a alguien se le ocurra usar / signos de interrogación / y como respuesta / dos puntos:”. Hace poco leí en el diario de un querido amigo que cuando él vio a una enferma muy delgada que caminaba en el hospital seguida por la torre de hierro donde se cuelga el suero, esta parecía “un signo de admiración deambulando.” Ya no recuerdo si era el Tuerto López, el bohemio Obregón o Gómez de la Serna el que veía la luna llena como “el punto sobre la i de un campanario”.
El punto y coma, que los ingleses denominan con esa extraña palabra que parecería hablar de la mitad de un órgano (semicolon), tiene una definición imaginativa y curiosa en una poeta norteamericana, Maurya Simon: “El punto y coma es / como un espermatozoide congelado para siempre / en su anhelo del óvulo, / como un renacuajo que nada contra la corriente para / despertar la moneda caída de la luna.”
El otro día soñé que escribía todos los signos diacríticos y de puntuación que me sabía y que se los iba dictando para un título a un amigo, Mario. Mi dictado era más o menos la manera de leer el título de este escrito: abre paréntesis, abre comillas, abre interrogación, coma, punto y coma, dos puntos, punto, abre exclamación, guión corto, guión largo, tilde, barra inclinada, asterisco, cierra exclamación, vírgula de la eñe, punto sobre la i (pero sin la i), comilla simple, subraya, diéresis, cierra interrogación, puntos suspensivos, cierra comillas, cierra paréntesis. Con estos veintiún signos que he puesto entre paréntesis, más las 27 letras del abecedario y diez números arábigos, uno debería poder escribirlo todo: cartas de amor, propuestas de negocios, proclamas políticas, novelas, sonetos, aforismos, anagramas, insultos…
De todos modos uno podría imaginarse más signos. A mí, por ejemplo, siempre me han hecho falta las comas suspensivas, que deberían separar y enumerar cosas de un modo menos terminante que los puntos ídem.
El caso es que hoy en día, con la cobardía tan extendida como una epidemia de cólera, ya nadie se atreve a usar siquiera el escandaloso punto exclamativo. En realidad, hay una nueva forma de puntuación que yo, muy mayor ya para esos trotes, no domino: son los famosos íconos de los jovencitos, como rudimentarios ideogramas chinos: los emoticones. Si escribo los dos puntos y cierro un paréntesis, en mi renglón, como por encanto, se abre una sonrisa. Pero no pienso hacerlo. Yo creo todavía que la sonrisa tiene que adivinarse en lo escrito, imaginarse, jamás escribirse con un ideograma tan explícito. ¿O no? ? :)
Responde las preguntas de la 16 a la 30

20.  Faciolince emplea para introducir el tema del cual va a hablar una figura literaria materializada en la expresión: “los signos de puntuación son concretos como un ladrillo o abstractos como un olvido”, ésta es:
A.    Metáfora, por que utiliza el sentido figurado
B.     Hipérbole, porque exagera con dicha afirmación
C.     Símil, porque hace una comparación  
D.    Paradoja, porque repite algunas palabras

21.   Tomando como referencia la información presentada en el texto anterior, este podría recibir como título:
A.    La importancia de  los signos de puntuación en la actualidad
B.     La inoperancia de los signos de puntuación hoy en día
C.     La agonía del buen escribir en la actualidad
D.    El estilo de cada escritor en la actualidad

22.  El autor del texto afirma que el tono en que se dicen las cosas no es igual en España que en Colombia, en Cartagena o en Medellín; esto nos permite deducir que: :
A.    El lenguaje es estándar y tiene un patrón que lo rige 
B.     El lenguaje tiene un modelo determinado por la lingüística
C.     El lenguaje varía según los dialectos y la cultura de cada región
D.    El lenguaje cambia según las cuerdas vocales de cada sujeto

23.  Los deícticos de persona presentes en un texto nos indican quién está hablando al interior del mismo, en este caso y según los pronombres personales, el texto está escrito en:
A.    Primera persona del plural
B.     Segunda persona del singular
C.     Tercera persona del plural
D.    Primera persona del singular 

24.  El paréntesis que aparece en el segundo párrafo cumple la función de:
A.    Dilatar la información que se venía diciendo
B.     Contradecir la información que se venía diciendo
C.     Referenciar la información que se venía diciendo
D.    Aclarar la información que se venía diciendo
 
25.  La palabra “deambulando” que aparece en el tercer párrafo, puede ser remplazada sin cambiar el sentido de la frase por:
A.    divagando
B.     soñando
C.     fantaseando
D.     inventando

26.  Por analogía, se puede considerar que el contenido del texto tiene relación  directa con:
A.    Las grandes dificultades o fortalezas  a la hora de analizar un texto
B.     Las dificultades o fortalezas en torno a la  coherencia presente en un texto
C.     Las dificultades  gramaticales  a la hora de producir y comprender un texto 
D.    Las dificultades semánticas a la hora de  analizar un texto

27.  De acuerdo con la estructura del texto anterior, éste puede considerarse como:

A.    expositivo, porque desarrolla varias ideas sobre los signos de puntuación
B.     argumentativo, porque el autor expone su opinión sobre los signos de puntuación y la defiende.
C.     descriptivo, por que detalla la utilización de cada signo de puntuación de acuerdo al contexto
D.    narrativo, porque relata una historia sobre el uso de los signos de puntuación

28.   La intención de Faciolince con la reflexión que hace en torno al lenguaje y específicamente al uso de los signos de puntuación, actualmente es:
A.    Recrear la grandeza de todos los idiomas en relación con su forma de producir y comprender textos
B.     Describir el valor implícito de los signos de puntuación en  el proceso de producción y comprensión textual
C.     Enaltecer la importancia de los signos de puntuación en el  proceso de producción y comprensión textual
D.    Advertir la importancia explicita e implícita  de la utilización de los signos de puntuación en la producción y comprensión textual

29.  Por las expresiones que utiliza el autor durante todo el texto, podemos deducir que él muestra hacia la nueva forma de puntuación de los jovencitos una actitud de:
A.    Espanto 
B.     Complacencia
C.     Apatía 
D.    Comprensión

26. Una antítesis de la posición que asume el autor durante el texto anterior podría ser:
A.    La puntuación carece de sentido en el complejo mundo del lenguaje
B.     la puntuación merece un lugar importante dentro del sistema de comunicación
C.     La  puntuación no debe seguir siendo la cenicienta del idioma
D.    Los signos de puntuación dejan ver aspectos implícitos.

27. La intención del autor al terminar el texto con la pregunta: ¿o no?, es:
A.    dejar por sentado la irrefutable posición del autor
B.     permitirle la entrada al lector y dejarle plasmar su puto de vista
C.     cerrar cualquier vínculo con el lector a partir de la pregunta
D.    finalizar interpelando para evitar posibles respuestas  del lector 

28. Un campo semántico está constituido por un grupo de palabras que están relacionadas por su significado, compartiendo ciertas características comunes o referenciales, según esta definición el campo semántico de la nueva forma de puntuación señalada por Faciolince sería:
A.    implícitos - concretos- abstractos
B.     concretos- implícitos- icónicos
C.     concretos - icónicos- rudimentarios
D.    explícitos – icónicos-  nuevos

29. Al finalizar el  sexto párrafo nos hablan de los puntos ídem, estos hacen referencia a:
A.    temas homogéneos 
B.     temas diferentes
C.     temas heterogéneos
D.    varios temas

30.  En la expresión: “yo no si los signos de puntuación…” la palabra subrayada se tilda porque:
A.    es un pronombre relativo
B.     es complemento directo
C.     viene del verbo saber
D.    está conjugado en presente
De acuerdo con los textos 1 y 2, responda las preguntas 31 a la 40

31.   Los argumentos presentados por los autores sobre los temas tratados se sustentan desde:
A.    la sintaxis
B.     la semántica
C.     la lingüística
D.    la gramática

32.  Teniendo en cuenta las temáticas de los textos, éstas convergen en:
A.    La descripción rigurosa del lenguaje
B.     La defensa del uso adecuado de la lengua
C.     Una crítica al sistema de comunicación lingüístico
D.    Una crítica sobre la economía lingüística

33.   A partir de la tipología textual de ambos textos, es correcto decir que están conformados por:
A.    tesis, argumentos y conclusión
B.     inicio, nudo y desenlace
C.     tesis, desarrollo y desenlace
D.    introducción, desarrollo y conclusiones

34.   La noción de “signos diacríticos” en ambos textos es entendida como:
A.    Marca visual sobre una letra
B.     Ausencia de acento
C.     Señal grafica presente una palabra
D.    El acento prosódico

35.   La idea de que los prefijos se han unificado en un sustantivo es más cercana al:
A.    Texto 1
B.     Texto 2
C.     Ambos textos
D.    Ninguno de los dos

36.   Dos categorías conceptuales comunes a ambos textos son:
A.    Semántica y lengua
B.     Lingüística y pragmática
C.     Sintaxis y pragmática
D.    Sintaxis y lengua

37.   La idea  según la cual escribir con faltas graficas  te puede dejar por fuera de diversos ámbitos sociales  del texto 1, se corresponde con la siguiente del texto 2:
A.    El lenguaje ideográfico te deja por fuera del lenguaje implícito
B.     Toda forma de comunicación permite evidenciar el lenguaje explicito
C.     Tanto el lenguaje implícito como explicito son propios de los jovencitos
D.    El lenguaje explicito es la mejor forma de comunicación

38.  Las palabras “Ahí y hay” utilizadas en ambos textos, significan respectivamente:
A.    Conjugación del verbo haber - interjección
B.     Lugar – interjección
C.     Interjección- lugar
D.    Lugar – conjugación del verbo haber.

39.   El calificativo que recibe la coma en ambos textos, respectivamente es:
A.    Homicida – seguidas
B.     Criminal – suspensivas
C.     Suspensivas - asesinas 
D.    Perversa – suspensiva

40.   El conector “Sin embargo” del texto 1 y el conector “De todos modos” del texto 2,  tienen una relación de:
A.    Adición
B.     Oposición
C.     Causalidad            
D.    Temporalidad