viernes, 22 de junio de 2018

TALLER DE REFUERZO ACADÉMICO PARA ESTUDIANTES DE TERCERO DE BACHILLERATO QUE LLEVARON NOTIFICACIONES

El león

Nombre_________________________________Curso:______Fecha:__________

    EL LEÓN

    El león hace gala de todo un aparato atemorizador e imponente que resulta de lo más  inapropiado  para un cazador. La flotante melena negra de  los  leones de montaña, la voz de trueno, las arrogantes  posturas en los altos de los collados o en  las  cuerdas, forman parte de todo un sistema bélico que  los  machos ponen en juego para asustar a sus competidores; para que los vecinos líderes de otras tribus  leoninas sepan que sus territorios de caza están defendidos por un león poderoso, en la flor de la edad.
    Pero la especialización de los leones adultos  en la delimitación y defensa de las  fronteras  de  sus feudos no siempre se reduce a las imponentes actitudes de parada. Con frecuencia, los machos competidores libran batallas titánicas en la que no  es  raro que muera uno de los contendientes o queden muy  malheridos. El más fuerte y hermoso de los  leones  que he observado y filmado fue encontrado muerto y semidevorado, una mañana, por los guardianes de  la  reserva del Ngorongoro. Durante toda la noche escucharon los terribles rugidos que acompañaban a las  luchas territoriales. Al parecer, un  león  de  melena roja, campeón de una horda vecina, mató al macho  de la montaña aprovechándose de que éste estaba inútil, con una de sus zarpas hinchada como consecuencia  de una espina infectada.
    Esto explica mi afirmación de que los leones  machos se asemejan más que ninguna otra criatura a los épicos monarcas medievales o a los heroicos  guerreros de la "Iliada". Adornadas sus imponentes cabezas con el penacho de  sus  crines,  sin  malgastar  sus energías en la caza o en los deberes familiares, pregonando a los cuatro vientos sus derechos  sobre  la propiedad de su feudo, los leones adultos y dominantes son mantenidos por las hembras y los machos  jóvenes de sus hordas. Porque para la sociedad de  los grandes felinos resulta más vital que la propia caza la garantía de posesión de un amplio territorio, donde no puedan penetrar otros congéneres, para que  se conserve así la elevada densidad de animales  herbívoros que la tribu necesita para alimentarse.
    Pero, además de la lucha con los machos de  otras hordas, en el seno  de  los  propios  grupos  existe siempre una rígida jerarquización entre  los  leones adultos y semiadultos. Y tan pronto  como un  líder pierde facultades por la edad o por lesiones recibidas en un combate, su inmediato inferior  lo desafía y ocupa inexorablemente su puesto  si  vence  en  el duelo.    
    Félix Rodríguez de la Fuente.

Instrucciones: Rodea con un círculo una de las siguientes letras: a, b y c.

PRUEBA DE COMPRENSIÓN
1. La principal misión del león es:
a) La caza.
b) La vigilancia. 
c) La defensa de su territorio.

2. La gran melena negra del león sirve para:
a) Asustar a sus competidores.
b) Cazar.  
c) Comunicarse con otros leones.

3. A veces los leones machos:    
a) Se dedican a cazar.
b) Libran fuertes batallas.
c) Ceden sus territorios.

4. Un fuerte león fue encontrado muerto en:  
a) Ngorondoro.
b) Sudáfrica.
c) Nigeria.

5. El león de Ngorongoro fue derrotado porque:
a) Era viejo.
b) Tenía una zarpa infectada.  
c) Se descuidó en la pelea. 

 6. El león de Ngorongoro estuvo luchando:
a) Durante la mañana.
b) Durante la tarde.
c) Durante la noche.

7. El león de Ngorongoro fue derrotado por:
a) Un león de melena roja.
b) Un león de melena parda. 
c) Un león de melena negra.

8.  Los leones machos se asemejan a: 
a) Los guerreros prehistóricos.
b) Los monarcas épicos medievales. 
c) Las legiones modernas.

9. ¿Quién se dedica a la caza?
a) Los leones machos.
b) Solamente las hembras. 
c) Las hembras y machos jóvenes.

10. Se produce un cambio de líder por:  
a) La pérdida de facultades o por heridas.
b) Acuerdo mutuo entre los machos. 
c) Rotación

Robinson Crusoe

    Estaba yo en la cumbre de la colina, en la parte este  de  la  isla,  desde donde en un día despejado había llegado  a divisar el continente   americano, cuando Viernes miró muy atentamente hacia el continente y en  una especie de arrebato, empezó a brincar y a bailar  y  me  llamó  a    gritos, porque yo estaba a cierta distancia de él. Le pregunté que qué   le pasaba.
    -¡Oh, alegría! -dijo-. ¡Oh, alegre! ¡Yo ver mi tierra, ver mi país!
    Observé que una inmensa sensación de placer aparecía en su rostro, y  que sus ojos centelleaban, y  que  sus  ademanes  revelaban  un  ansia   extraordinaria, como si quisiera volver de nuevo  a  su  tierra.  Esta   observación mía me sugirió muchas ideas, que en un principio me hicieron no estar tan tranquilo respecto de mi nuevo criado Viernes como lo estaba antes. No tenía ninguna duda de que si Viernes podía  regresar  con  su  pueblo, no sólo olvidaría toda su religión, sino también toda su gratitud para conmigo; y también que sería lo suficientemente  osado  como  para  hablar de mí a los suyos, regresar con un  centenar o dos de  ellos,  y  hacer un festín conmigo, lo cual le produciría tanto júbilo como el que  solía sentir con los de sus enemigos cuando  eran  hechos  prisioneros   en la guerra. Pero era muy injusto con aquel pobre ser honrado, lo cual  lamenté más adelante.
    Como mi recelo aumentaba hasta llegar a dominarme,  durante  varias semanas estuve un poco más circunspecto, y no tan familiar y amable con  él como antes.
    Al cabo de varios días, sondeé a Viernes y le dije que le daría  un   bote para volver a su tierra; y así fue como le llevé a ver a mi chalupa, que se hallaba en el otro lado de la isla, y tras haberla  vaciado  de   agua, porque yo siempre la mantenía hundida, la puse a  flote,  se  la   enseñé y los dos nos metimos dentro.  Vi que era habilísimo en maniobrar con ella,  que  sabía  hacerla navegar casi con tanta ligereza y rapidez como yo mismo; así que cuando  él estuvo dentro le dije:
    -Bueno, Viernes, ¿vamos a tu tierra?
    Se quedó como alelado al oírme decir esto, al parecer porque  creía   que el bote era demasiado pequeño para ir tan lejos. Entonces le  dije   que tenía otro mayor; así es que al día siguiente fui hacia el  lugar   donde estaba el primer bote que había hecho, pero que no  pude  llevar   hasta el agua. El dijo que aquél era lo suficientemente grande; pero lo  que pasaba era que como yo no me había cuidado de él, y  había  estado   allí veintidós o veintitrés años, el  sol  lo  había  resquebrajado  y   resecado, de manera que estaba inservible. Viernes me dijo que un bote   así iría muy bien y podría llevar "mucho bastante víveres, bebida, pan", que así era como hablaba. 
    Estaba ya por este tiempo tan obsesionado por mi propósito de cruzar  el mar con él y llegar hasta el continente, que después de todo aquello  le dije que íbamos a hacer un bote tan grande  como  ése  para  que  él  pudiera volver a su país. No respondió ni una palabra,  pero  se  quedó  muy serio y triste. Le pregunté qué le pasaba. Y él a su  vez  me  hizo  esta pregunta:    -¿Por qué muy enfadado con Viernes? ¿Qué hacer yo?
    Le pregunté que qué quería decir con esto y le aclaré  que  yo  no    estaba en absoluto enfadado con él. -¡No enfadado! ¡No enfadado! -exclamó repitiendo  varias  veces  las  palabras-. ¿Por qué enviar Viernes fuera de casa a mi tierra?
    -¡Cómo! ¿No decías que querrías estar allí? 
    -Sí, sí -respondió-, querer estar allí los dos, no querer Viernes allí y amo no allí. En una palabra, no le cabía en la cabeza irse sin mí.
    -Pero, Viernes -dije-, si me voy contigo, ¿qué voy a hacer yo allí?
    A esto me replicó con mucha viveza:
    -Tú hacer mucho, mucho bien, tú enseñar hombres salvajes ser hombres  buenos, sabios, pacíficos; tú enseñarles conocer Dios, rezar Dios y vivir vida nueva.
    -¡Ay, Viernes! -dije-, no sabes lo que dices, yo no soy más  que  un  ignorante.
    -Sí, sí -insistió-, tú enseñarme bien, tú enseñar ellos bien.
    -No, no, Viernes, irás sin mí, me dejarás aquí viviendo  solo  como   antes.
    De nuevo pareció quedarse  muy  confuso  ante  estas  palabras, y precipitándose sobre una de las destrales que solía llevar, la  cogió apresuradamente, vino hacia mí y me la dio.
    -¿Qué tengo que hacer con esto? -le pregunté.
    -Tú matar Viernes -dijo.
    -¿Y por qué tengo que matarte?
    Replicó con mucha viveza:
    -¿Por qué enviar lejos Viernes? Coger, matar Viernes; ¿no enviar lejos Viernes?
    Esto lo decía con tanta emoción que vi lágrimas en sus ojos.  En  una palabra, que vi con tal evidencia el extremado afecto que me profesaba y lo firme de su resolución, que le dije entonces, y se lo repetí a menudo más adelante, que nunca lo enviaría lejos de mí, si él quería  quedarse  conmigo.
           Daniel Defoe.  Robinson Crusoe

Instrucciones: Rodea con un círculo una de las siguientes letras: a, b y c.

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1.- ¿Cómo se llamaba el amigo de Robinson?
a) Miércoles. 
b) Jueves.
c) Viernes.

2.- ¿Qué dijo Viernes al divisar el continente americano?  
a)  Quiero irme a mi tierra.
b) ¡Yo ver mi tierra, ver mi país!
c) ¡Quiero dejarte solo en la isla!

3.- Robinson pensaba que si Viernes se marchaba:
a)  Olvidaría toda su religión y la gratitud para con él. 
b)  El se quedaría muy triste.
c)  Se moriría de pena.

4.- Robinson estaba circunspecto o reservado porque:
a)  Tenía miedo de quedarse solo.
b)  Aumentaba su recelo.
c)  Sentía tristeza.

5.- El bote grande estuvo al sol durante: 
a)  Doce o trece años.
b)  Veinte o veintiún años.
c)   Veintidós o veintitrés años.

6.- ¿Cómo estaba el bote grande?  
a) Sin pintura.
b) Inservible.
c) Abandonado.

7.- Robinson le propuso a Viernes:
a)  Hacer un bote grande.
b)  Hacer dos botes. 
c)  Irse con el bote pequeño.

8.- ¿Por qué Viernes se quedó serio y triste? 
a)  Porque abandonaba la isla.  
b)  Porque se iban a separar.  
c)  Porque no tendría compañía.

9.- ¿Qué podía enseñarles Robinson a los amigos de Viernes?
a)  A pescar. 
b)  A hacer botes. 
c)  A conocer a Dios, a rezar y a vivir una vida nueva.

10.- ¿Qué virtud tenía Viernes?  
a)  La fidelidad. 
b)  La fortaleza.
c)  La sabiduría.

 LEALTAD    

    Yo, tu Ordenador, no tengo capacidad de "traicionarte".Sería un "traidor", si faltara conscientemente al compromiso de ofrecerte los datos que me pides. Si alguna vez te fallo, no me digas "traidor";consulta más bien a un técnico de ordenadores. No soy más que una máquina sin  alma  y  sin sentimientos.  En mí no cabe la "traición" ni tampoco la lealtad  que  es la virtud opuesta. La lealtad es cosa de personas leales como serás tú.
    No es fácil explicar qué es la lealtad. Una idea vaga ya te  he  dado, al indicarte que su contraria es la traición. Mas, aunque difícil, lo voy a intentar. ¿Me ayudas? 
    A lo largo de la vida, las personas se  asocian, se unen a otras  personas, a grupos, a instituciones. Cuando decimos que "pertenecemos" a tal familia, a tal club, a tal colegio, etc., queremos expresar esto: que nos hemos vinculado de una manera o de otra a un grupo determinado. 
    Ya te has dado cuenta de que se repite la palabra  "vínculo",  "vincularse", "pertenecer a...". Esto es fundamental para la lealtad. No es necesario que esta vinculación se manifieste con palabras o escritos. Ordinariamente, los hijos o los amigos no hacen declaraciones de pertenencia. La amistad y la familia tienen unos vínculos implícitos, que se  sobreentienden, y basta.
    Lealtad, pues, es comprometerse a mantener los vínculos que hemos contraído con los demás (amigos, familiares, colegio, club, etc.) reforzando y protegiendo los valores que hay en ellos (amistad, familia,  deporte, etc.).                                                          
    Otra manera, más breve y clara, sería: mantener y cumplir  la  palabra dada.
    Concretando. Una persona es leal cuando se mantiene unida al  grupo  o persona con la que se ha vinculado. Cuando protege, apoya y defiende  los valores (de amistad, deportivos, familiares, religiosos, etc.)  que  promueve la institución a la que se ha vinculado. 
    Si en un momento determinado, surge un conflicto, es decir que  no  se puede ser leal al mismo tiempo con el amigo y con el club,  por  ejemplo, la lealtad nos tiene que llevar a decidir, según la mayor importancia  de los valores de las instituciones en conflicto. Y una vez tomada la  decisión, debemos explicar, por lealtad a la parte que pudiera sentirse traicionada, las razones de nuestra decisión. Se cumple así  aquello  de  que "el que avisa no es traidor".    
    Te educarás en la lealtad: 
*  Desarrollando en ti el sentido del honor.   
*  Teniendo en cuenta la dignidad de los demás.
*  Actuando con responsabilidad.
*  Siendo constante y fiel en el cumplimiento de tu deberes. 
*  No haciendo trampas en los juegos.  
*  Aceptando de corazón las normas de la institución a la que  te  has vinculado.
    Una persona leal garantiza la estabilidad y la  buena  marcha  de  las instituciones. De la amistad, sobre todo. Es pilar firme  en  el  que  se apoyan los otros. ¿No te gustaría ser así?
    Don Samuel Valero


PRUEBA DE COMPRENSIÓN
1.- Lo contrario de "lealtad" es:  
a) No saber corresponder.
b) La ignorancia.  
c) La traición.

2.- Los vínculos de amistad y de familia: 
a) Se sobreentienden.
b) Son escritos.
c) Se manifiestan de palabra.

3.- La lealtad lleva a reforzar y proteger los valores del grupo:
a) Nunca.
b) Siempre.   
c) A veces.

4.- Ser consecuente con la palabra dada es:  
a) Lealtad.
b) Amistad.   
c) Nobleza.

5.- Una de estas acciones no desarrolla la lealtad: 
a) Desarrollando el sentido del honor.
b) Respetando la dignidad de los demás.
c) Desarrollando el sentido del humor.

6.- La vinculación a un grupo se manifiesta con:   
a) Palabras.
b) Escritos.  
c) No es necesario manifestarlo.  

7.- El comprometerse a mantener unos vínculos es:  
a) Amistad.
b) Lealtad. 
c) Nobleza.

8.- El que se mantiene unido al grupo al que se ha vinculado es:
a) Leal.
b) Educado.   
c) Formal.

9.- Si surge conflicto ante dos instituciones, hay que decidirse por: 
a) La que tenga mayor número de componentes.
b) La que tenga valores más importantes.     
c) La que sea más influyente.

10.- Una de estas conductas no educa la lealtad:  
a) Cambiar de amigos con frecuencia.
b) Actuar con responsabilidad.
c) Ser constante en el cumplimiento de los deberes.

ODISEA

            Apenas el sol se puso y sobrevino la oscuridad, Circe me cogió de la  mano, me hizo sentar separadamente de los compañeros  y,  acomodándose   cerca de mí, me preguntó cuanto me había ocurrido; y yo se lo conté por  su orden. Entonces me dijo estas palabras:
            -Oye ahora lo que voy a decir y un dios en persona te lo recordará más tarde: llegarás primero a las sirenas,  que  encantan  a  cuantos hombres van a su encuentro. Aquel que imprudentemente se acerca a ellas  y oye su voz, ya no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos rodeándole,  llenos de júbilo, cuando torna a su hogar; las sirenas le hechizan con el sonoro canto, sentadas en una pradera en el  centro  de  un  enorme   montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se  va  consumiendo. Pasa de largo y tapa las orejas de tus compañeros con cera blanca, mas si tú deseas oírlas, haz que te aten los pies  y  manos  a  la  parte    inferior del mástil, y que las sogas  se  liguen  a  él:  así  podrás  deleitarte escuchando a las sirenas. Y en caso  de  que  supliques  o mandes a los compañeros que te suelten, atente con más lazos todavía.
            Así dijo; y al punto apareció la Aurora, de áureo trono. La divina  entre las diosas se internó en la isla, y yo, encaminándome al bajel, ordené a mis compañeros que subieran a la nave y desataran las amarras.  Embarcáronse acto seguido y, sentándose por orden  en  los  bancos, comenzaron a batir con los remos el espumoso mar. Por detrás de la nave  de azulada proa soplaba próspero viento que henchía  la  vela;  buen  compañero que nos mandó Circe, la de lindas trenzas, deidad poderosa, dotada de voz.    
             Colocados los aparejos cada uno en su sitio, nos sentamos en la nave, que era conducida por el viento y el piloto. Entonces alcé la voz a mis  compañeros, con el corazón triste, y les hablé de este modo:
            -¡Oh amigos! No conviene que  sean  únicamente  uno  o  dos  quienes  conozcan los vaticinios que me reveló Circe, la divina entre las diosas; y os los voy a contar para que, sabedores de ellos,  o  muramos  o  nos  salvemos, librándonos de la Parca. Nos ordena lo primero rehuir la voz   de las divinales sirenas y el florido prado en que éstas habitan. Sólo   yo debo oírlas; pero atadme con fuertes lazos, en pie y arrimado  a  la  parte inferior del mástil para que me esté allí sin moverme.  Y  en  el  caso de que os ruegue o mande que me soltéis,  atadme  con  más  lazos   todavía.
             Mientras hablaba, la nave llegó muy presto a la isla de las sirenas,  pues la empujaba un viento favorable. Desde aquel instante  echose  el   viento y reinó sosegada calma, pues algún numen adormeció  las  olas.   Levantáronse mis compañeros, amainaron las velas y pusiérolas  en  la  nave; y, habiéndose sentado nuevamente en los bancos, emblanquecían el   agua, agitándola con los remos de pulimentado abeto. Tomé al instante    un gran pan de cera y lo partí con el agudo bronce en pedacitos, que me  puse luego a apretar con mis robustas manos. Pronto se calentó la cera,  porque hubo de ceder a la gran fuerza y a los rayos del soberano Sol, y  fui tapando con ella los oídos de todos los compañeros. Atáronme éstos   en la nave, de pies y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del  mástil; ligaron las sogas al mismo; y, sentándose  en  los  bancos,  tornaron a batir con los remos el espumoso mar. Hicimos andar la nave  muy rápidamente, y, al hallarnos tan cerca de  la  orilla  que  allá    pudieran llegar nuestras voces, no les pasó inadvertido a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca distancia y empezaron un sonoro canto.   
               -¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén  la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca, sino que se  van  todos, después de recrearse con ella, sabiendo más  que  antes,  pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya griegos y troyanos   por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuánto ocurre en la fértil tierra.
              Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con  ganas  de   oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen;    pero todos se inclinaron y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme con nuevos lazos, que me sujetaban más    reciamente. Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se  oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la  cera  con  que  había  yo  tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.
               HOMERO. 
              Odisea

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1.- ¿Quién le enseñó a Ulises cómo librarse de las sirenas?
            a) La diosa Parca.
            b) La Aurora. 
            c) La diosa Circe.

2.- ¿Qué hacían las sirenas con los hombres que se acercaban? 
            a) Los encantaban.
            b) Los mataban.
            c) Los dormían.

3.- ¿Qué medios usaban las sirenas para hechizar? 
            a) Su conversación.
            b) Un sonoro canto.
            c) Sus gritos.

4.- ¿Qué tenía que hacer Ulises con los marineros? 
            a) Taparles los oídos con cera.
            b) Atarlos a un mástil.
            c) Taparles los ojos.

5.- ¿Cómo debía estar Ulises?.
            a) Con las orejas tapadas de cera blanca.
            b) Atado a la parte inferior del mástil.
            c) Con los ojos tapados.

6.- ¿Con qué les premió Circe?
            a) Con un mar en calma.
            b) Con una mañana espléndida.
            c) Con un viento favorable.

7.- Los marineros no debían oír a las sirenas ni:
            a) Dejarse invitar por ellas.
            b) Pisar el florido prado en que las sirenas habitan.
            c) Comer lo que les dieran.

8.- ¿Qué pidieron las sirenas a Ulises? 
            a) Que detuviera la nave.
            b) Que subieran a la isla.
            c) Que comieran lo que les ofrecían.

9.- ¿Quién ató de nuevo a Ulises?  
            a) La diosa Circe.
            b) La diosa Parca.
            c) Perimedes y Euríloco.

10.- ¿Detuvieron la nave para oír a las sirenas? 
            a) Si.
            b) No.
            c) Un poco.


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